viernes, 5 de septiembre de 2008

Un año y un día después ....................

Inicio este blog en el día 9 de septiembre de 2008, 1 año y un día después del accidente más serio que he tenido en mis varios años de actividad montañera.
En principio, el día elegido debía ser justo al año, pero por razones que no vienen la caso se ha retrasado un día. Pero bueno, eso es lo de menos.

El día 8-Sep-2007 sufrí una violenta caída mientras escalaba en el Veleta que me produjo una fuerte compresión del pie izquierdo, luxación subastragalina, la rotura del quinto metatarso y de algunos tendones y ligamentos.
El año ha sido duro, a veces muy duro. Durante muchos meses el túnel era negro, muy negro, sin salida. Luego, vi la luz al final del túnel y aunque quedaba aún mucho por recorrer, como me dijeron en un foro, “el camino se recorre más rápido cuando se ve la luz al final del túnel”. En estos momento ya veo la salida del túnel. Y es ahora cuando mejor se recorre el camino.

Durante mi convalecencia he tenido que escuchar, “bueno, ahora te estarás más tranquilito, ¿no?” o “¿ahora ya no volverás a escalar?”. La verdad es que han sido pocos quienes me han dicho cosas así y sobre todo eran personas ajenas al mundo de la montaña. Porque mis amigos montañeros, esos con los que comparto ese sentimiento indefinible de amor/adicción a la montaña, sospechaban que yo en cuanto pudiera volvería a la montaña.

Los mejores amaneceres se ven siempre en la montaña.

Apurando el día, también los atardeceres son mágicos.


Desde mis primeras actividades por las montañas cercanas a casa. Desde mi primera ascensión a un pico (Chamizo, Sierra de Camarolo) hace más de 18 años, la Montaña, siempre la Montaña ha estado ahí. Eran los fines de semana a la Maroma


eran las vacaciones, primero en Pirineos



Algunos años hemos tenido la suerte de poder ir más lejos




La Montaña siempre ha estado ahí. En ella conocí a mi mujer, mi mejor “compañera de cordada” para afrontar la escalada de la vida.

En ella he conocido a algunos de mis mejores amigos,






Y a muchos otros de los que no tengo fotos......

En la Montaña he pasado algunos de mis mejores momentos



Momentos que no fueron míos, que siempre fueron nuestros, porque siempre tuve muy claro que lo más importante, lo importante de verdad no era dónde, ni qué se hacía sino con quién se hacía. Que la recompensa no era subir un pico sino disfrutar de la compañía de alguien mientras además se subía un pico.

Ya fuera en el Caballo, con las tablas


O en plan multitud hacia el Picón


Durante tantos años ha habido momentos muy, muy buenos.Las mejores salidas del sol


La mejores sensaciones se viven en la montaña


mis mejores equipos no han sido de futbol


También hubo días más normales, en los que se subía por enésima vez por el mismo sitio, pero la subida nunca era la misma porque siempre cambiaba la compañía, o el viento, o era uno mismo el que había cambiado desde la última vez......

También hubo días malos, tan malos como para tener que vivaquear por no encontrar el refugio. O como aquel día que salimos del Caballo con visibilidad nula tirando de brújula y altímetro.

Cuando empecé con el esquí de travesía siempre hubo buenos amigos que me enseñaron lo que sabían. Con ellos he pasado muy buenos ratos esquiando en libertad. Gracias Dani, gracias Raúl por “gastar” vuestro tiempo en enseñarme.



Y en estos últimos años, la escalada en roca me ha proporcionado muchas, muchas satisfacciones.










En general, el balance final es tan positivo que no hay lugar a dudas. No me queda mas remedio que volver a la montaña, asumiendo los riesgos...., valorando la situación..., pero disfrutando de la vida.

Y si dentro de 15 años (tendré 50) soy capaz, como mi buen amigo y compañero Luis Pedregal, de seguir escalando entonces, copiando a Pablo Neruda, podré decir “Confieso que he vivido”.

A lo largo de casi 20 años haciendo actividades de montaña en sus variadas facetas (senderismo, trekking, alpinismo, bicicleta, escalada deportiva, clásica y en hielo) he recibido tanto, tanto de la Montaña que creo no sabría vivir sin ir a la Montaña

Durante este verano, reestablecido a medias, he tenido ocasión de volver a escalar en algunas de las escuelas que antes frecuentaba y de disfrutar de la compañía de mis compañeros de cordada. He tenido ocasión de volver a salir con la bici y de hacer rutas y subidas que antes hacía. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa las aguas van volviendo a su cauce.

¿Qué mejor forma de “celebrar” el aniversario que escalando? Pues eso hemos hecho este finde. Irnos a Espiel, una de las mejores escuelas de escalada de Andalucía. Lo mejor, como siempre, la compañía. Me acompañaron mi chica, Tato, Virginia y además, conocí al singular Fernando Poscojonúo. Vamos un finde muy, muy completo.

Bueno, después de tanto rollo pseudo metafísico, ¿qué vais a poder encontrar en este blog? Bueno, pues un poco de todo. Algunas reflexiones sobre escalada, montañismo, alpinismo; reportajes de algunas actividades que hagamos o que ya hemos hecho pero pudieran ser interesantes; sugerencias sobre algunos libros de montaña; algunos apuntes sobre seguridad y técnica y vamos, las cosas que se me vayan ocurriendo.

Para empezar, podéis ver esta entrada sobre este finde en Espiel.

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